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Halloween en España



¿Sabías que en España ya se celebraba ‘Halloween’ muchos siglos antes de ponerse de moda en EEUU?¿Sabías que en España ya se celebraba ‘Halloween’ muchos siglos antes de ponerse de moda en EEUU?

Posiblemente eres, o conoces a alguien, de la opinión de que no hay que celebrar ‘Halloween’ porque se trata de una fiesta estadounidense, la cual nada tiene que ver con nuestra arraigada y tradicional celebración de la castañada española. Pero permíteme decirte que esa es una apreciación algo confusa, ya que en realidad lo que se viene celebrando en España cada víspera del Día de Todos los Santos (noche del 31 de octubre) tiene que ver, y mucho, con el Halloween, debido a que aquí ya lo celebrábamos (evidentemente con otro nombre) muchísimos siglos antes de ponerse de moda en Estados Unidos.

Ante todo tenemos que tener en cuenta que el término ‘Halloween’ no deja de ser la contracción de la expresión inglesa All Hallows’ Eve’ cuya traducción literal es ‘Víspera de Todos los Santos’ (el término comenzó a usarse en Irlanda no en EEUU).

Lo que hoy en día conocemos como Halloween no es más que la evolución de una serie de tradiciones y celebraciones que se vienen realizando desde la antigüedad y a la que se le ha ido añadiendo nuevos elementos por el camino (evidentemente más modernos y consumistas).

Por un lado nos encontramos con una antiquísima tradición pagana (hay datos que indican que ya se celebraba antes del marcado como nacimiento de Cristo) y que era conocida como Samhain (también Samaín, cuya etimología viene a decir ‘fin del verano’) en la que los celtas celebraban el final de la época de las cosechas y el buen tiempo coincidiendo con el inicio del periodo de la oscuridad y el frío, siendo considerado como el Año Nuevo Celta. La mezcolanza entre lo viejo y lo nuevo hacía que ancestrales mitos y leyendas acerca de espíritus que aprovechaban esa época de oscuridad para regresar y mezclarse entre los vivos propició que aquella celebración tomase un carácter ocultista, teniendo a la muerte como protagonista de la fiesta y en la que existía la firme creencia de que los muertos se infiltraban entre los vivos con la intención de llevarse algunas almas. La solución que se les ocurrió a los antiguos druidas celtas para engañar a los muertos y no ser llevados al inframundo era disfrazándose de espíritus y dedicándoles unas ofrendas. Esta tradición se extendió por gran parte de Centroeuropa, las islas Británicas (en especial Galés e Irlanda) y llegó hasta una buena parte del norte de la Península Ibérica (lo que hoy conocemos como Galicia y Asturias para  posteriormente extenderse por otras regiones con la expansión de los pueblos Celtíberos).

Por otra parte tenemos que en siglo IV comenzó la celebración de la festividad del Día de Todos los Santos, que en un principio caía en el 13 de mayo, y en la que se conmemoraba a todos aquellos mártires perseguidos durante los primeros siglos del cristianismo (comenzó a realizarse tras ser promulgado el ‘Edicto de Milán’ del año 313 d.C. una vez permitida la libertad de culto en el Imperio Romano). A España, como país de influencia romana y evangelizado por el catolicismo, llegó antes de finalizar ese mismo siglo. A partir del siglo VIII la festividad  fue trasladada al 1 de noviembre por orden del papa Gregorio III con intención de sustituir a la fiesta pagana del ‘Samhain’, y aunque en algunos lugares sí que se sustituyó totalmente, muchos fueron donde se realizó una mezcolanza de ambas celebraciones.

En los siguientes siglos en cada territorio se le fueron añadiendo nuevos componentes a esta celebración como la leyenda de Jack-o’-lanternel famoso ‘truco o trato’ (que aunque conocemos la versión moderna y americanizada en realidad proviene de la Edad Media) y numerosas tradiciones gastronómicas (por ejemplo en España la castañada –también conocida como magosto- y la elaboración de variados dulces como buñuelos, panellets…). Cada lugar tenía su propia celebración, pero en todas había un denominador común: era una noche dedicada a los muertos, en el que de una manera festiva la gente se reunía y disfrazaba. Se llamase Víspera de Todos los santos, Tosantos, All Hallows’ Eve o Halloween, en realidad todas se trataban de la misma fiesta.

Hasta mediados del siglo XIX esta tradición no llegó a los Estados Unidos y lo hizo de la mano de los cientos de miles de irlandeses que hasta allí inmigraron a raíz de la conocida como ‘Gran hambruna irlandesa de 1845’, llevando consigo todas sus tradiciones y festividades (entre ellas la de su patrón ‘San Patricio’, el personaje mitológico ‘Mister Sandman’ o el propio ‘Halloween’, que ya se había convertido en una mescolanza de la celebración del Samhain celta con la católica Víspera de Todos los Santos).

Cabe destacar que al igual que en Europa, una vez llegada a los Estados Unidos, a esta tradición se le fue añadiendo nuevos componentes (tal y como había ocurrido anteriormente por aquí) entre ellos el cambiar el ‘nabo’, que era lo que se utilizaba para vaciar e iluminar como una linterna, por la actualmente famosa calabaza, debido a que por aquel entonces en EEUU no había plantación de nabos. También coincidió que fue por esa misma época cuando en España se le incorporó el realizar las representaciones teatrales del Tenorio, que en un principio tenían lugar la noche del 1 de noviembre, víspera del Día de los Fieles Difuntos y que posteriormente se trasladó dicha representación a la noche del 31 de octubre por ser víspera de un día festivo.

Así pues, a todos aquellos que no celebráis Halloween porque creíais y estabáis convencidos de que se trataba de una fiesta netamente estadounidense aquí tenéis la explicación de que andabais algo equivocados y podéis quedaros tranquilos porque en España, esta misma fiesta, ya se celebraba muchos siglos antes de ponerse de moda en EEUU (eso sí, no lo llamábamos Halloween ni había tanta parafernalia consumista¿Sabías que en España ya se celebraba ‘Halloween’ muchos siglos antes de ponerse de moda en EEUU?

( artículo obtenido de 20 min Online) 


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